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Los días de ponerlo todo patas arriba


La primavera llega siempre a mí con una brisa suave de cambio. Reflexiono, hago balance y descubro que una vez más el tiempo me ha ganado la carrera... Con sus pies alados y silenciosos ha pasado como un susurro delante de mis ojos, sin que apenas lo vea. ¿Ha pasado ya un año desde aquello? ¿Seis meses de lo otro? Y el tenue sol, nunca liberado del todo de la lluvia (al menos, no por aquí) me sonríe. Las flores, amarillas, firmes, salen a mi encuentro en los caminos. Para. Respira un momento. Piensa. O mejor,no pienses tanto. Sólo siente la belleza tranquila de este día, de este momento, de este segundo que ya se ha ido, que no volverá.

3 comentarios:

  1. ¿Te acuerdas de que mientras tú reflexionabas entre flores amarillas, yo teñía con flores amarillas? Tal vez te apetezca ver el resultado de esa casualidad: http://wp.me/p4DMvh-65
    ¡Abrazos! :D

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  2. ¡Claro que me acuerdo! Acabo de ver tu post y el pañuelo es chulísimo!!!! :)

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