Cuando me encuentro con una persona que se nota que ama los animales siempre me inspira confianza. Me parece que alguien que siente amor por los animales (de los que tan poca gente se preocupa) no puede ser una mala persona, o al menos no hará daño intencionadamente.
Yo siempre he tenido mascota. De pequeña vivía en el campo y además de los animalillos que teníamos siempre he sido fiel compañera de perros y gatos. Después, al vivir en alquiler, no he podido tenerlos, pero tengo dos preciosas tortuguitas a las que adoro. Más de 15 años llevan conmigo, y lo que les queda (o eso espero!!!!!!!).
Hoy, buceando por la Red, me he encontrado varias series de imágenes de niños con sus mascotas. Me produce mucha ternura ver esas fotografías tan tiernas. A veces pienso que sacamos a los pobres animalitos de lo que sería su entorno natural. Cogemos a las mascotas y les hacemos simpáticas fotos con gafas, mochilas, diademas... ¡Están tan graciosos! Supongo que no está en su naturaleza. Pero, a fin de cuentas, alguien que pone tanto mimo en su mascota no puede hacer nada malo: sólo la está queriendo y presumiendo de ella.
Viendo tanta imagen bonita he tenido que hacer mi versión dibujil del asunto, aunque hoy no ha sido con tortuga :) Espero que os guste.
Es importante amar a nuestros animales, independientemente de cuales sean. No tienen que ser domésticos. Pueden ser animales salvajes o exóticos a los cuales les estés aportando una buena vida, mediante todo lo que necesiten. Cuidar a los animales es un gran valor que se debe aprender desde pequeños.
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