Cuando tienes un día malo no hay palabras de consuelo ni de confort. Nada parece hacerte sentir bien. Pero párate. Toma aire. Respira. El aire entra en tus pulmones y oxigena tu alma.
Por mal que te sientas, mañana saldrá el sol. Mañana será otro día. Y cada nuevo día merece que nos levantemos con ilusión, dispuestos a comernos el mundo a mordiscos.
Rodéate de cosas bonitas. Apasiónate por algo. De vez en cuando dale portazo a la rutina. Recuerda algo hermoso. Cada uno de estos gestos enciende una luz que, por pequeña que sea, lucha contra la oscuridad.
Cuando lo veas todo negro, párate un momento... y luego enciende la luz. Funciona.
uffff de esos he tenido unos cuantos.. y desde que tengo blog, creo que mas
ResponderEliminarPero si tu blog es chulísimo!!!!!
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